martes, 17 de febrero de 2009

Los Hombres Azules

Me uno al homenaje de MARLO a un puñado de hombres con una valentía, sabiduría, lealtad y sensibilidad. Conocedores del desierto ,que se enfrentan cada día a la dura tarea de sobrevivir y lo hacen como en esta ocasión con una sempiterna sonrisa.





Desde los territorios de la nada,
donde el silencio impone el vasallaje;
del reino del silencio y del salvaje
término de la sebja calcinada.

Vienen; tienen ardiente la mirada
y el corazón dispuesto para el viaje.
Son los señores del desierto;el traje
es azul como el cielo en la alborada.

Pasan como entre sueños, lentamente,
reyes de la soledad, alta la frente,
bienamados de muchas lejanías.
Y se sientan delante de su tienda
como el señor que cuida de su hacienda
viendo pasar los sueños y los días.






Con el desierto ante ti, no digas : ¡ Qué inmensidad !
Di: ¿Por dónde comienzo ?

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ Qué aridez !
Di: ¡ Qué extraña belleza !

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ qué oscuridad !
Di: No veo, pero lo siento

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ Qué soledad !
Di: Soy lo que conmigo llevo

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ Qué pobreza !
Di: ¿Qué más necesita mi pensamiento?

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ Qué sed !
Di: ¿Cuánto preciso beber?

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ Imposible vivir !
Di: La vida es lo que he de aprender

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ Qué cansancio !
Di: ¡ Cuánto camino por recorrer !

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ No puedo más !
Di: Si las dunas avanzan, yo también

Con el desierto ante ti, no digas: Me doy por vencido
Di: Seguiré, aunque quizás no llegue a mi destino

Con el desierto ante ti, no digas: ¡ No hay nadie más !
Di: Todos tenemos desiertos que atravesar y desiertos que coincidir

Con el desierto ante ti, no digas: La arena me abrasa
Di: Con la arena se construyen casas

Con el desierto ante ti no digas: Estoy perdido
Di: Tiene que haber algún camino

Con el desierto ante ti, no digas: Jamás saldré
Di: Lo que tiene comienzo tiene su fin.

Con el desierto ante ti, no digas:
¡ Nunca encontraré mis dichas !
Di: ¡ Por fin perdí mis miedos !

Cuando estés ante tu desierto, piensa,
que es uno de los paisajes más bellos de
la tierra: No temas, en él está tu sustento
Di: Allí aprendí lo más
cierto.

Cuando estés ante el desierto no digas: ¡ Qué silencio !
Di: No oigo

(Tuareg)


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